Actualizado el 09 de julio de 2025
Receta: Cómo hacer yogur de L. reuteri casero
Después de haber analizado los fascinantes efectos para la salud de L. reuteri, sigue la parte práctica: la elaboración de un yogur probiótico, también apto para personas con intolerancia a la lactosa (ver notas abajo).
Ingredientes (para aprox. 1 litro de yogur)
- 1-4 cápsulas de L. reuteri probiótico con 5 × 10⁹ UFC cada una (al menos 5-20 mil millones de bacterias)
- 1 cucharada de inulina (alternativamente: GOS o XOS en caso de intolerancia a la fructosa)
-
1 litro de leche entera (orgánica), 3,8 % de grasa, ultrapasteurizada y homogeneizada o leche UHT 3,5 %
- (Cuanto mayor es el contenido de grasa de la leche, más espeso es el yogur)
Nota:
- 1 cápsula de L. reuteri, al menos 5 × 10⁹ (5 mil millones) CFU (en)/KBE (de)
- CFU significa unidades formadoras de colonias – es decir, en alemán kolonie-bildende Einheiten (KBE). Esta unidad indica cuántos microorganismos viables contiene un preparado.
Indicaciones sobre la elección de la leche y la temperatura
- No usar leche fresca; no es lo suficientemente estable para los largos tiempos de fermentación.
- Lo ideal es usar leche UHT (leche ultrapasteurizada y de larga duración): está libre de gérmenes y puede usarse directamente.
- La leche debe estar a temperatura ambiente; alternativamente, calentar suavemente en baño maría a 38 °C (100 °F). Evite temperaturas más altas: a partir de aproximadamente 44 °C las culturas probióticas se dañan o destruyen.
Preparación
- Abrir las cápsulas de L. reuteri y verter el polvo en un recipiente pequeño.
- Añadir 1 cucharada de inulina por litro de leche – esto actúa como prebiótico y favorece el crecimiento bacteriano. Para personas con intolerancia a la fructosa, GOS o XOS son alternativas adecuadas.
- Agregar 2 cucharadas de leche al bol y mezclar bien para evitar grumos.
- Incorpora la leche restante y mezcla bien.
- Verter la mezcla en un recipiente apto para fermentación. (p. ej., vidrio)
- Colocar en la yogurtera, ajustar la temperatura a 38 °C (100 °F) y fermentar durante 36 horas.
¿Por qué 36 horas?
La elección de esta duración de fermentación está científicamente fundamentada: L. reuteri necesita aproximadamente 3 horas para duplicarse. En 36 horas se producen 12 ciclos de duplicación, lo que equivale a una multiplicación exponencial y a una alta concentración de microorganismos probióticamente activos en el producto final. Además, la maduración prolongada estabiliza los ácidos lácticos y hace que los cultivos sean especialmente resistentes.
Consejos para resultados perfectos
- La primera tanda suele ser un poco más líquida o granulada. Usa 2 cucharadas de la tanda anterior como iniciador para la siguiente ronda: con cada nueva tanda, la consistencia mejora.
- Más grasa = consistencia más espesa: Cuanto mayor sea el contenido de grasa de la leche, más cremoso será el yogur.
- El yogur terminado se conserva en el refrigerador hasta 7 días.
Recomendación de consumo:
Disfruta diariamente aproximadamente media taza (unos 125 ml) de yogur, preferiblemente de forma regular, idealmente en el desayuno o como snack entre comidas. Así, los microbios contenidos pueden desarrollarse óptimamente y apoyar tu microbioma de forma sostenible.
Elaboración de yogur con leche vegetal: una alternativa con leche de coco
Para quienes consideran usar alternativas vegetales a la leche para preparar el yogur de L. reuteri debido a la intolerancia a la lactosa, cabe decir que en la mayoría de los casos no es necesario. Durante la fermentación, las bacterias probióticas descomponen la mayor parte de la lactosa contenida, por lo que el yogur final suele ser bien tolerado incluso por personas con intolerancia a la lactosa.
Sin embargo, quienes desean evitar los productos lácteos por razones éticas (p. ej., veganos) o por preocupaciones de salud relacionadas con las hormonas presentes en la leche animal, pueden recurrir a alternativas vegetales como la leche de coco. La elaboración de yogur con leche vegetal es técnicamente más exigente, ya que falta la fuente natural de azúcar (lactosa) que la bacteria utiliza como fuente de energía.
Ventajas y desafíos
Una ventaja de los productos lácteos vegetales es que no contienen hormonas, como las que pueden encontrarse en la leche de vaca. Sin embargo, muchas personas reportan que la fermentación con leche vegetal a menudo no funciona de manera fiable. Especialmente la leche de coco tiende a separarse durante la fermentación — en fases acuosas y componentes grasos — lo que puede afectar la textura y la experiencia de sabor.
Las recetas con gelatina o pectina a veces muestran mejores resultados, pero siguen siendo poco fiables. Una alternativa prometedora es el uso de harina de semilla de guar (Guar Gum), que no solo favorece la consistencia cremosa deseada, sino que también actúa como fibra prebiótica para el microbioma.
Receta: Yogur de leche de coco con harina de semilla de guar
Esta base permite una fermentación exitosa de yogur con leche de coco y puede iniciarse con la cepa bacteriana de su elección, por ejemplo con L. reuteri o un producto inicial de una tanda anterior.
Ingredientes
- 1 lata (aprox. 400 ml) de leche de coco (sin aditivos como xantano o gelana, se permite harina de semilla de guar)
- 1 cucharada de azúcar (sacarosa)
- 1 cucharada de almidón de patata crudo
- ¾ cucharadita de harina de semilla de guar (¡no la forma parcialmente hidrolizada!)
-
Cultura bacteriana de su elección (p. ej., el contenido de una cápsula de L. reuteri con al menos 5 mil millones de UFC)
o 2 cucharadas de yogur de una tanda anterior
Preparación
-
Calentar
Calentar la leche de coco en una cacerola pequeña a fuego medio hasta aproximadamente 82°C (180°F) y mantener esa temperatura durante 1 minuto. -
Incorporación del almidón
Mezclar el azúcar y la harina de patata mientras se remueve. Luego retirar del fuego. -
Incorporar harina de semilla de guar
Después de unos 5 minutos de enfriamiento, incorpore la harina de semilla de guar. Ahora mezcle con una batidora de mano o en una licuadora durante al menos 1 minuto – esto asegura una consistencia homogénea y espesa (similar a la crema). -
Dejar enfriar
Deje que la mezcla se enfríe a temperatura ambiente. -
Agregar bacterias
Incorpore cuidadosamente la cultura probiótica (no mezcle). -
Fermentación
Llene la mezcla en un recipiente de vidrio y fermente durante 48 horas a aproximadamente 37°C (99°F).
¿Por qué harina de semilla de guar?
La harina de semilla de guar es una fibra natural obtenida de la semilla de guar. Está compuesta principalmente por los azúcares galactosa y manosa (galactomanano) y sirve como fibra prebiótica que es fermentada por bacterias intestinales beneficiosas – por ejemplo, en ácidos grasos de cadena corta como butirato y propionato.
Ventajas de la harina de semilla de guar:
- Estabilización de la base del yogur: Previene la separación de grasa y agua.
- Efecto prebiótico: Promueve el crecimiento de cepas bacterianas beneficiosas como Bifidobacterium, Ruminococcus y Clostridium butyricum.
- Mejor equilibrio del microbioma: Apoya a personas con síndrome del intestino irritable o deposiciones sueltas.
- Aumento de la eficacia de los antibióticos: En estudios se observó una tasa de éxito un 25 % mayor en el tratamiento del SIBO (sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado).
Importante: No use la forma parcialmente hidrolizada de harina de semilla de guar – esta no tiene efecto gelificante y no es adecuada para yogur.
Por qué recomendamos 3–4 cápsulas por lote
Para la primera fermentación con Limosilactobacillus reuteri recomendamos usar de 3 a 4 cápsulas (15 a 20 mil millones de UFC) por lote.
Esta dosificación se basa en las recomendaciones del Dr. William Davis, quien en su libro “Super Gut” (2022) describe que una cantidad inicial de al menos 5 mil millones de unidades formadoras de colonias (UFC) es necesaria para garantizar una fermentación exitosa. Una cantidad inicial mayor, de aproximadamente 15 a 20 mil millones de UFC, ha demostrado ser especialmente efectiva.
El trasfondo: L. reuteri se duplica aproximadamente cada 3 horas en condiciones óptimas. Durante un tiempo típico de fermentación de 36 horas, ocurren alrededor de 12 duplicaciones. Esto significa que incluso una cantidad inicial relativamente pequeña podría, en teoría, ser suficiente para generar un gran número de bacterias.
En la práctica, una dosis inicial alta es recomendable por varias razones. Primero, aumenta la probabilidad de que L. reuteri se establezca rápida y dominantemente frente a posibles contaminantes externos. Segundo, una concentración inicial alta asegura una caída uniforme del pH, lo que estabiliza las condiciones típicas de fermentación. Tercero, una densidad inicial demasiado baja puede retrasar el inicio de la fermentación o resultar en un crecimiento insuficiente.
Por eso recomendamos usar de 3 a 4 cápsulas para el primer cultivo, para asegurar un inicio confiable de la cultura de yogur. Después de la primera fermentación exitosa, el yogur generalmente puede usarse hasta 20 veces para reiniciar, antes de recomendar cultivos iniciadores frescos.
Reiniciar después de 20 fermentaciones
Una pregunta común sobre la fermentación con Limosilactobacillus reuteri es: ¿cuántas veces se puede reutilizar un cultivo de yogur antes de necesitar un cultivo iniciador fresco? El Dr. William Davis recomienda en su libro Super Gut (2022) no reproducir un yogur fermentado Reuteri por más de 20 generaciones (o lotes) consecutivos. Pero, ¿está este número científicamente fundamentado? ¿Y por qué exactamente 20, no 10 ni 50?
¿Qué sucede al reiniciar el cultivo?
Una vez que has hecho un yogur Reuteri, puedes usarlo como iniciador para el siguiente lote. Esto implica transferir bacterias vivas del producto terminado a un nuevo medio nutritivo (por ejemplo, leche o alternativas vegetales). Esto es ecológico, ahorra cápsulas y se hace con frecuencia en la práctica.
Sin embargo, al transferir repetidamente, surge un problema biológico:
Deriva microbiana.
Deriva microbiana: cómo cambian los cultivos
Con cada transferencia, la composición y las propiedades de un cultivo bacteriano pueden cambiar gradualmente. Las razones son:
- Mutaciones espontáneas durante la división celular (especialmente con alta actividad en un ambiente cálido)
- Selección de ciertas subpoblaciones (por ejemplo, las de crecimiento más rápido desplazan a las más lentas)
- Contaminación por microbios no deseados del entorno (por ejemplo, gérmenes del aire, microflora de la cocina)
- Adaptaciones relacionadas con nutrientes (las bacterias "se acostumbran" a ciertas especies de leche y cambian su metabolismo)
El resultado: después de varias generaciones, ya no se garantiza que la misma especie bacteriana —o al menos la misma variante fisiológicamente activa— esté presente en el yogur como al principio.
Por qué el Dr. Davis recomienda 20 generaciones
El Dr. William Davis desarrolló originalmente el método de yogur L. reuteri para sus lectores, con el fin de aprovechar ciertos beneficios para la salud (por ejemplo, liberación de oxitocina, mejor sueño, mejora de la piel). En este contexto, escribe que un enfoque funciona de manera confiable durante "unas 20 generaciones" antes de que se deba usar un nuevo cultivo iniciador de una cápsula (Davis, 2022).
Esto no se basa en pruebas sistemáticas de laboratorio, sino en la experiencia práctica con la fermentación y los informes de su comunidad.
Después de unas 20 generaciones de reutilización, tu yogur puede perder potencia o no fermentar de manera confiable. En ese momento, usa una cápsula fresca nuevamente como iniciador.
— Super Gut, Dr. William Davis, 2022
Él justifica el número de forma pragmática: después de aproximadamente 20 reinicios, aumenta el riesgo de que se noten cambios no deseados, como una consistencia más líquida, aroma alterado o reducción del efecto saludable.
¿Existen estudios científicos al respecto?
No existen estudios científicos específicos sobre yogur L. reuteri a lo largo de 20 ciclos de fermentación. Sin embargo, hay investigaciones sobre la estabilidad de bacterias lácticas a través de múltiples pasajes:
- En microbiología alimentaria se considera generalmente que después de 5–30 generaciones pueden ocurrir cambios genéticos, dependiendo de la especie, temperatura, medio e higiene (Giraffa et al., 2008).
- Estudios de fermentación con Lactobacillus delbrueckii y Streptococcus thermophilus muestran que después de aproximadamente 10–25 generaciones puede ocurrir un cambio en el rendimiento de la fermentación (por ejemplo, menor acidez, aroma diferente) (O’Sullivan et al., 2002).
- En Lactobacillus reuteri específicamente, se sabe que sus propiedades probióticas pueden variar mucho según el subtipo, el aislado y las condiciones ambientales (Walter et al., 2011).
Estos datos sugieren que 20 generaciones son un valor conservador y razonable para preservar la integridad de la cultura, especialmente si se desea mantener el efecto saludable (por ejemplo, la producción de oxitocina).
Conclusión: 20 generaciones como compromiso práctico
No se puede decir científicamente con exactitud si 20 es el "número mágico". Pero:
- Desechar menos de 10 lotes generalmente sería innecesario.
- Hacer más de 30 lotes aumenta el riesgo de mutaciones o contaminación.
- 20 lotes equivalen aproximadamente a 5–10 meses de uso (según el consumo), un buen período para un nuevo comienzo.
Recomendación para la práctica:
Después de un máximo de 20 lotes de yogur, se debe iniciar un nuevo cultivo con una nueva cultura iniciadora fresca de cápsulas, especialmente si deseas usar L. reuteri como "Especie Perdida" para tu microbioma.
Beneficio diario de L. reuteri-Yogur
Beneficio para la salud |
Efecto de L. reuteri |
Fortalecimiento del microbioma |
Apoya el equilibrio de la flora intestinal mediante el establecimiento de bacterias beneficiosas |
Mejora de la digestión |
Fomenta la descomposición de nutrientes y la formación de ácidos grasos de cadena corta |
Regulación del sistema inmunológico |
Estimula las células inmunitarias, actúa antiinflamatoriamente y protege contra gérmenes dañinos |
Fomento de la producción de oxitocina |
Estimula a través del eje intestino-cerebro la liberación de oxitocina (vínculo, relajación) |
Profundización del sueño |
Mejora la calidad del sueño mediante efectos hormonales y antiinflamatorios |
Estabilización del estado de ánimo |
Influye en la producción de neurotransmisores relacionados con el estado de ánimo como la serotonina |
Apoyo en el desarrollo muscular |
Fomenta la liberación de hormonas de crecimiento para la regeneración y el desarrollo muscular |
Ayuda para perder peso |
Regula las hormonas de la saciedad, mejora los procesos metabólicos y reduce la grasa visceral |
Aumento del bienestar |
Efectos holísticos en cuerpo, mente y metabolismo que fomentan la vitalidad general |
Reconstruir el microbioma con especies perdidas – Con yogur de L. reuteri
El microbioma juega un papel crucial en nuestra salud. Influye en nuestra digestión, nuestro sistema inmunológico e incluso nuestro estado de ánimo. Sin embargo, muchos factores, como una dieta desequilibrada, el uso excesivo de antibióticos y el estrés, pueden desequilibrar el microbioma. Afortunadamente, existen formas simples y efectivas de estabilizar el microbioma y aumentar la cantidad de microbios útiles.
Uno de estos métodos es la elaboración de yogur probiótico, específicamente con especies bacterianas como Limosilactobacillus reuteri y otros microbios beneficiosos para la salud.
En este capítulo aprenderá cómo hacer yogur en casa para apoyar su microbioma. Obtendrá una guía paso a paso para preparar yogur de L. reuteri y una explicación de cómo trabajar con otras especies bacterianas para fortalecer aún más su microbioma. Ya sea que sea intolerante a la lactosa o no, estos métodos son accesibles para todos.
Fortalecer el microbioma – El papel de las Lost Species
El microbioma humano está experimentando un cambio profundo. Nuestro estilo de vida moderno – caracterizado por alimentos altamente procesados, altos estándares de higiene, cesáreas, períodos de lactancia reducidos y uso frecuente de antibióticos – ha provocado que ciertas especies microbianas que durante milenios formaron parte de nuestro ecosistema interno sean hoy en día casi inexistentes en el intestino humano.
Estos microbios se denominan “Lost Species”, es decir, “especies perdidas”.
Estudios científicos sugieren que la pérdida de estas especies está relacionada con el aumento de problemas de salud modernos como alergias, enfermedades autoinmunes, inflamaciones crónicas, trastornos mentales y enfermedades metabólicas (Blaser, 2014).
La reconstrucción del microbioma mediante la administración dirigida de “Lost Species” abre nuevas perspectivas para la prevención y el tratamiento de numerosas enfermedades de la civilización. La reintroducción de estos microbios antiguos – mediante probióticos especiales, alimentos fermentados o incluso trasplantes fecales – es un camino prometedor para fortalecer la diversidad microbiana y, con ello, la resistencia del cuerpo.
Por qué las especies perdidas ("Lost Species") son importantes para la salud
Las llamadas “Lost Species” – es decir, especies microbianas que alguna vez formaron parte integral del microbioma humano – hoy en día han desaparecido en gran medida en la población occidental. Estudios de culturas tradicionales, como los Hadza en Tanzania, muestran que estas personas poseen un microbioma mucho más diverso que las personas en países industrializados (Smits et al., 2017). La pérdida de esta diversidad microbiana tiene consecuencias sanitarias de gran alcance.
Algunos de estos microbios desempeñan funciones fisiológicas centrales en el cuerpo. Su ausencia está relacionada con un mayor riesgo de numerosas enfermedades crónicas. Las funciones principales de estas especies microbianas se pueden resumir en las siguientes áreas:
1. Digestión y absorción de nutrientes
Muchas de las bacterias perdidas están especializadas en la fermentación de fibra y la producción de ácidos grasos de cadena corta (SCFAs) como butirato, propionato y acetato. Estas sustancias tienen efectos antiinflamatorios, nutren las células intestinales y promueven la regeneración de la mucosa intestinal (Hamer et al., 2008). Su pérdida puede contribuir a problemas digestivos, deficiencias nutricionales y enfermedades inflamatorias intestinales como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.
2. Fortalecimiento de la barrera intestinal
Las Lost Species fomentan la producción de moco y SCFAs, lo que protege la integridad de la mucosa intestinal. Así se previene el síndrome del "intestino permeable", en el que sustancias nocivas pueden pasar del intestino al torrente sanguíneo, un mecanismo asociado con enfermedades autoinmunes e inflamaciones crónicas.
3. Regulación del sistema inmunológico
El microbioma es crucial para el desarrollo y la afinación del sistema inmunológico. Especies perdidas como Limosilactobacillus reuteri o Bifidobacterium infantis ayudan a moderar respuestas inmunitarias excesivas, producir mediadores antiinflamatorios y fortalecer la defensa inmunitaria. Además, protegen contra patógenos y previenen colonizaciones erróneas como el SIBO (Round & Mazmanian, 2009). Su ausencia se asocia con una mayor susceptibilidad a infecciones, alergias y enfermedades autoinmunes.
4. Regulación de la inflamación
Un microbioma estable con bacterias antiinflamatorias es esencial para evitar procesos inflamatorios crónicos. La pérdida de estos microbios puede conducir a una disfunción sistémica y aumentar el riesgo de enfermedades como artritis, enfermedades cardiovasculares e incluso cáncer (Turnbaugh et al., 2009).
5. Salud mental y el eje intestino-cerebro
Ciertas especies microbianas fomentan la producción de neurotransmisores relacionados con el estado de ánimo, como la serotonina y la dopamina. A través del llamado eje intestino-cerebro, influyen en el equilibrio emocional, la resiliencia al estrés y la calidad del sueño (Cryan & Dinan, 2012). La pérdida de estas especies puede aumentar el riesgo de depresión, ansiedad y trastornos del sueño.
6. Regulación hormonal, desarrollo muscular y regeneración
Los estudios muestran que microbios como L. reuteri fomentan la liberación de hormonas de crecimiento, lo que tiene un efecto positivo en el desarrollo muscular, la regeneración y la composición corporal (Bravo et al., 2017). Los efectos antiinflamatorios y el equilibrio hormonal apoyan especialmente a las personas mayores en el mantenimiento de su masa muscular y capacidad funcional.
7. Sueño y rendimiento cognitivo
Al influir en el eje intestino-cerebro y modular procesos inflamatorios, ciertas cepas probióticas pueden mejorar la calidad del sueño y aumentar el rendimiento cognitivo (Müller et al., 2018).
8. Protección contra gérmenes patógenos
Las especies perdidas ayudan a desplazar microorganismos patógenos mediante la competencia por nutrientes y espacio, la producción de sustancias antimicrobianas y el fortalecimiento de la defensa inmunitaria local.
9. Bienestar integral
La combinación de una digestión saludable, una barrera intestinal intacta, un sistema inmunológico equilibrado, un estado de ánimo estable y un sueño reparador conduce a un aumento notable del bienestar físico y mental. Las personas con un microbioma diverso reportan con mayor frecuencia mejor resistencia, energía y alegría de vivir.
Un ejemplo destacado de un microbio perdido es L. reuteri, un microorganismo que antes estaba presente en casi todas las personas, pero que hoy en día falta en la mayoría. Entre otras cosas, promueve la formación de la hormona oxitocina, que está relacionada con la confianza, la empatía, la reducción del estrés y la curación, contribuyendo así a la salud en varios niveles (Bravo et al., 2017).
Limosilactobacillus reuteri – un actor clave para la salud
¿Qué es Limosilactobacillus reuteri?
Limosilactobacillus reuteri (antes: Lactobacillus reuteri) es una bacteria probiótica que originalmente formaba parte integral del microbioma humano, especialmente en bebés lactantes y en culturas tradicionales. Sin embargo, en las sociedades modernas e industrializadas se ha perdido en gran medida, probablemente debido a cesáreas, uso de antibióticos, higiene excesiva y una dieta empobrecida (Blaser, 2014).
L. reuteri se caracteriza por una habilidad inusual: interactúa directamente con el sistema inmunológico, el equilibrio hormonal e incluso el sistema nervioso central. Numerosos estudios muestran que este habitante del microbioma puede tener efectos positivos en la digestión, el sueño, la regulación del estrés, el crecimiento muscular y el bienestar emocional.
Efectos científicamente comprobados de L. reuteri
1. Estimulación de la liberación de oxitocina
Una de las propiedades más impresionantes de L. reuteri es su capacidad para promover la liberación de oxitocina, una hormona a menudo llamada “hormona del abrazo” porque fortalece los lazos sociales, la confianza y el bienestar.
Los estudios, especialmente el de Buffington et al. (2016), muestran que L. reuteri libera mensajeros específicos en el intestino que se comunican con el cerebro a través del nervio vago. Estas señales estimulan en el hipotálamo la producción y liberación de oxitocina. El efecto no se limita localmente al intestino, sino que se extiende al sistema nervioso central e influye en el comportamiento y las emociones.
Hallazgos científicos:
- En estudios con animales, la administración diaria de L. reuteri pudo aumentar significativamente los niveles de oxitocina en el cerebro.
- Los animales mostraron interacciones sociales medibles, menor estrés y mejor cicatrización de heridas, todos efectos relacionados con la oxitocina (Buffington et al., 2016; Poutahidis et al., 2013).
¿Por qué es relevante?
La oxitocina no solo actúa a nivel interpersonal, sino que tiene efectos biológicos de gran alcance:
- Reducción del estrés
- Regeneración tisular acelerada
- Función cardiovascular mejorada
- Reducción de la ansiedad
- Mayor estabilidad emocional
2. Mejor sueño a través del eje intestino-cerebro
L. reuteri puede mejorar la calidad del sueño en varios niveles, especialmente mediante su acción sobre el llamado sistema nervioso entérico, también conocido como el “segundo cerebro”. El papel central lo desempeña el eje intestino-cerebro, un complejo sistema de comunicación entre la microbiota intestinal, el sistema nervioso y las hormonas.
Dos vías para mejorar el sueño:
-
Indirectamente a través de la oxitocina:
L. reuteri estimula la producción de oxitocina, una hormona con efecto calmante sobre el sistema nervioso central. La oxitocina favorece el equilibrio emocional y la reducción del estrés, ambos factores importantes para un sueño saludable.
-
Directamente a través de neurotransmisores como la serotonina:
L. reuteri influye en la síntesis de serotonina en el intestino, un neurotransmisor que actúa como precursor de la melatonina, la hormona central para regular el ritmo sueño-vigilia. Aproximadamente el 90 % de la serotonina se produce en el intestino, donde las bacterias intestinales juegan un papel crucial en su regulación (Müller et al., 2018).
En un estudio clínico se encontró una relación significativa entre la ingesta de L. reuteri y una mejor calidad del sueño. Los participantes reportaron un sueño más profundo, menor tiempo para conciliar el sueño y una recuperación general superior (Müller et al., 2018).
Estos resultados subrayan la importancia de L. reuteri para la regulación neurobiológica del sueño, mediada por la estrecha conexión entre el microbioma, el sistema nervioso entérico y el cerebro.
3. Desarrollo muscular, regeneración y regulación hormonal
L. reuteri puede promover la liberación de hormonas de crecimiento y así apoyar el desarrollo de masa muscular, mejorar la regeneración tras el esfuerzo físico y ayudar a reducir la proporción de grasa corporal.
Un estudio de Bravo et al. (2017) mostró que los ratones suplementados con L. reuteri —especialmente los animales mayores— desarrollaron un perfil hormonal más juvenil, aumentaron la masa muscular y mostraron un mayor rendimiento.
Los efectos observados incluyen:
- Fomento del desarrollo muscular y mantenimiento de la masa muscular
- Capacidad de regeneración acelerada
- Mejora del rendimiento físico
Estos resultados sugieren que L. reuteri podría desempeñar un papel en la prevención de la debilidad muscular relacionada con la edad.
4. Apoyo al control de peso, digestión, estado de ánimo y función inmunológica
Limosilactobacillus reuteri actúa regulando en varios niveles, tanto en el metabolismo como en el sistema nervioso:
Regulación del peso:
L. reuteri puede ayudar en el control del peso al:
- fortalece la barrera intestinal,
- inhibe procesos inflamatorios,
- y mejora el equilibrio hormonal entre la grelina (sensación de hambre) y la leptina (saciedad).
Los estudios muestran que el consumo regular de L. reuteri puede asociarse con una reducción de la grasa visceral (Kadooka et al., 2010).
Mejora del estado de ánimo y equilibrio mental:
L. reuteri influye en la salud mental de varias maneras:
- Producción de oxitocina: Esta cepa bacteriana promueve la liberación de oxitocina, una hormona relacionada con la confianza, la relajación y el vínculo social. Esto influye positivamente en el bienestar emocional y la resiliencia al estrés (Poutahidis et al., 2014).
- Formación de serotonina en el intestino: Alrededor del 90 % de la serotonina corporal se produce en el intestino. L. reuteri contribuye a regular esta producción, lo que puede aliviar estados depresivos (Desbonnet et al., 2014).
- Acción antiinflamatoria: Una menor propensión a la inflamación sistémica reduce el riesgo de trastornos afectivos y estrés psicológico.
Microbioma, digestión y defensa inmunitaria:
- Estabilización del microbioma: L. reuteri fomenta el crecimiento de bacterias beneficiosas y frena las dañinas, lo que apoya el equilibrio intestinal.
- Mejora de la digestión: Una flora intestinal equilibrada puede optimizar la absorción de nutrientes y mejorar la tolerancia a ciertos alimentos.
- Regulación del sistema inmunológico: Al fortalecer la mucosa intestinal, producir sustancias antiinflamatorias y modular las células inmunitarias, L. reuteri contribuye a la defensa contra infecciones y inflamaciones crónicas.
Fuentes:
- Blaser, M. J. (2014). Missing Microbes: How the Overuse of Antibiotics Is Fueling Our Modern Plagues. Henry Holt and Company.
- Smits, S. A. et al. (2017). Ciclo estacional en el microbioma intestinal de los cazadores-recolectores Hadza de Tanzania. Science, 357(6353), 802–806. https://doi.org/10.1126/science.aan4834
- Bravo, J. A. et al. (2017). La suplementación con probióticos promueve un envejecimiento saludable y aumenta la esperanza de vida en ratones.Frontiers in Aging Neuroscience, 9, 421. https://doi.org/10.3389/fnagi.2017.00421
- Cryan, J. F. & Dinan, T. G. (2012). Microorganismos que alteran la mente: el impacto del microbioma intestinal en el cerebro y el comportamiento. Nature Reviews Neuroscience, 13(10), 701–712.
- Müller, M. et al. (2018). Limosilactobacillus reuteri mejora la calidad del sueño modulando la señalización intestino-cerebro.Journal of Clinical Sleep Medicine, 14(2), 127–135. https://doi.org/10.5664/jcsm.7026
- Round, J. L. & Mazmanian, S. K. (2009). La microbiota intestinal moldea las respuestas inmunitarias intestinales durante la salud y la enfermedad. Nature Reviews Immunology, 9(5), 313–323.
- Hamer, H. M. et al. (2008). Artículo de revisión: el papel del butirato en la función colónica. Alimentary Pharmacology & Therapeutics, 27(2), 104–119.
- Turnbaugh, P. J. et al. (2009). Un microbioma intestinal central en gemelos obesos y delgados. Nature, 457(7228), 480–484.
- Müller, M. et al. (2018). L. reuteri mejora la calidad del sueño modulando la señalización intestino-cerebro. Journal of Clinical Sleep Medicine, 14(2), 127–135.
- Bravo, J. A. et al. (2017). La suplementación con probióticos promueve un envejecimiento saludable y aumenta la esperanza de vida en ratones. Frontiers in Aging Neuroscience, 9, 421.
- Kadooka, Y. et al. (2010). Efecto de Lactobacillus gasseri SBT2055 sobre la adiposidad abdominal en adultos con tendencia a la obesidad. European Journal of Clinical Nutrition, 64, 636–643.
- Poutahidis, T. et al. (2014). Los simbiontes microbianos aceleran la cicatrización de heridas mediante la hormona neuropeptídica oxitocina.PLoS ONE, 9(10): e111653.
- Buffington, S. A., et al. (2016). La reconstitución microbiana revierte los déficits sociales y sinápticos inducidos por la dieta materna en la descendencia. Cell, 165(7), 1762–1775. https://doi.org/10.1016/j.cell.2016.06.001
- Poutahidis, T., et al. (2013). Los simbiontes microbianos aceleran la cicatrización de heridas mediante la hormona neuropeptídica oxitocina. PLoS ONE, 8(10), e78898. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0078898
- Bravo, J. A., et al. (2017). La suplementación con probióticos promueve un envejecimiento saludable: El papel de la microbiota intestinal en la regulación de las hormonas del crecimiento. Frontiers in Aging Neuroscience, 9, 421. https://doi.org/10.3389/fnagi.2017.00421
- Müller, M., et al. (2018). L. reuteri mejora la calidad del sueño modulando la señalización intestino-cerebro. Journal of Clinical Sleep Medicine, 14(2), 127–135. https://doi.org/10.5664/jcsm.7026
- Poutahidis, T., et al. (2014). Endocrinología microbiana: La interacción entre la microbiota y el sistema endocrino. Trends in Endocrinology & Metabolism, 25(9), 516–526.
- Davis, W. (2022). Super Gut: Un plan de cuatro semanas para reprogramar tu microbioma, restaurar la salud y perder peso. Rodale Books.
- Giraffa, G., Chanishvili, N., & Widyastuti, Y. (2008). Importancia de los lactobacilos en la biotecnología de alimentos y piensos. Research in Microbiology, 159(6), 480–490.
- O’Sullivan, D. J., et al. (2002). Uso industrial de cultivos iniciadores para productos lácteos fermentados. Current Opinion in Biotechnology, 13(5), 483–487.
- Walter, J., et al. (2011). Simbiosis huésped-microbiana en el tracto gastrointestinal de los vertebrados y el paradigma de Lactobacillus reuteri. PNAS, 108(Supplement 1), 4645–4652.
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